ÁRBOLAS
FABIOLA
ALARCÓN
Fotografía
Es un gusto resurgir en medio de estas circunstancias que
vivimos como humanidad, con nuestra actividad permanente de exposiciones
temporales del Museo, lo cual es posible en medio del confinamiento, a las
redes sociales.
En primer lugar aparecerá la exposición con sus imágenes y
textos en nuestra página de facebook Museo del barrio - arte contemporáneo
luego en Instagram como Museo del barrio arte actual y posteriormente
reactivaremos nuestro viejo blog museodelbarrioresidenciasartisticas.blogspot.com
el cual permanecía desactualizado por nuestra página web que fue imposible
mantener por sus costos.
La exposición que inauguramos, Árbolas, estaba programada
para su lanzamiento el 20 de marzo de 2020 en forma física y que esperamos
realizar si no se extienden las medidas de aislamiento. La muestra virtual y/o
física estará a disposición del público del 12 de mayo al 12 de junio de 2020,
y se irán presentando sus imágenes paulatinamente, comenzando por estas ocho
fotografías que publicamos hoy, pues la serie completa es de más de 300
registros de los cuales seleccionamos 60.
Árbolas, con ese giro semántico al feminizar el objeto de su
observación y desde allí representarse y presentarse como género y como mujer,
en un acto de hermandad y solidaridad con esta especie natural, invocando la
protección, alimento, recurso, compañía, fertilidad y erotismo de la simbiosis
mujer-árbol.
Como artista y curador me percate de la permanente
publicación de estos registros por parte de Fabiola, en los cuales la carga
sensual y erótica de lo natural se manifiesta en miles de formas, texturas,
poses, alusiones, historias y génesis del orden natural. La mirada atenta, o
educada como ella la llama, sobre esos crecimientos, secreciones, rupturas,
pliegues y despliegues, derrotas y fracasos, cumbres del deseo y de la
piel-carne de la madera y su corteza, me llevaron a proponerle su exposición en
nuestro espacio.
Muchos referentes del arte me conducían a mirar con atención
su labor ininterrumpida. Yo mismo como artista en mis comienzos realice una
serie de dibujo al carboncillo sobre vaginas realizadas con modelo al natural,
Jardín de erión, la llamé. Esa antigua palabra latina que invoca por igual
vagina y red, bosque. Cada trazo sobre la mirada de lo natural conteniendo el
deseo y traduciendo en gesto y forma sus pliegues, formo una muestra que
recogía no solo la experiencia de mirar sin poseer y en muchas ocasiones, lo
inevitable, hablaba de gozo, tragedia, dolor y llanto, siembra y cosecha,
posesión y libertad. Algunas asemejaban una crucifixión, un martirologio, una
narrativa de su experiencia como el origen del mundo, como la llamo Courbet en
su famosa pintura; su existencia en un mundo dominado por hombres que las gozan
y desprecian por sus formas, olores y fluidos, pero ante todo les temen, por su
miedo de saber lo poderosas e inevitables que son, como en estos tiempos de
pandemia, donde la piel ha reclamado sus viejos triunfos y derrotas y donde los
solitarios pagaríamos alto precio por volver a estar en ese viejo lugar, el
espacio más fluido y cálido sobre la tierra, la generadora de vida.
Decir ÁRBOLAS, es una proclama de libertad, un grito de
resistencia, una Eva contemporánea renombrando el Edén. Es un homenaje a las
caídas y ante todo a las victoriosas que han poblado la tierra, que han
nombrado el amor, que han producido guerras y muerte por poseerlas; Pero ante
todo, es una propuesta estética de una artista mujer, que nos reconforta la
mirada y el sentido de la belleza, de la extraña belleza de sus formas,
texturas y colores.
Al nombrar Jardín de Erión y al encontrar el trabajo
persistente y meticuloso de la mirada y el universo fantástico de Fabiola, es
preciso recordar las fotografías de otra artista mujer, la también Colombiana
María Fernanda Cardozo, quien ha trabajado tan profusamente en las relaciones
arte naturaleza, y en este caso sus crestas de gallo, tan semejantes a los
labios menores y mayores de la vagina, pero ante todo volviendo a la estética
natural, a la exótica y enigmática Mandrágora, con sus pliegues suntuosos,
fusionada en el deseo.
Luis
fernando arango duarte
Curador